Silencio
En el silencio se sumergen lentamente los naufragios de este corazón endurecido por temores nunca susurrados... Y brotan a la superficie cual llamarada furiosa, alimentando la sórdida vehemencia de no querer existir. Con frecuencia. En momentos de fuerza necesaria. Nunca con el fin de embarcar, sino con el insolente deseo de perforar en la tranquilidad. Acariciar, contemplar y sublimar, el penetrante dolor de la fría, tersa y lúgubre soledad. Ofreciesen como premio un lugar en donde descansar. Mas nunca han de anhelar, codiciar y aspirar el profundo fervor de otorgar, obsequiar y proporcionar, una ayuda sin tener que esperar. Perdido va su rumbo. La vida salvaje le mantiene a flote su imperante gestión. Destacarse en mejorar su magnanime cualidad.